sábado, 7 de junio de 2008

Un cuento de Fontanarrosa

El gaucho renegáu Inodoro Pereyra y el marine Boogie el aceitoso son, sin duda, dos de los personajes que ya forman parte de la cultura popular argentina. Por ellos, su autor, el rosarino Roberto Fontanarrosa (1944), es hoy uno de los representantes más importantes de una riquísima tradición de dibujantes humorísticos. Al mismo tiempo, el "negro" Fontanarrosa ha incursionado en el terreno de las letras con la publicación de libros de cuentos y novelas: Los trenes matan a los autos, Best Seller, El mundo ha vivido equivocado, El área 18, La Gansada, No sé si he sido claro, Nada del otro mundo, El mayor de mis defectos, Uno nunca sabe y La mesa de los Galanes. De este último libro –editado como el resto de su obra por La Flor- hemos recogido el relato "Maestras argentinas: Clara Dezcurra". El cuento fabula el origen de la inoxidable consigna de escritura que atravesó –más como estereotipo que como producción real- la escolaridad argentina: "composición tema la vaca". Lo cómico –para decirlo de algún modo- reside en que la pionera decisión de Clara Dezcurra, allá por el 1840, resulta justificada doblemente: en primer lugar, porque se contraponía a la redacción típica de la época (el viaje alrededor del escritorio, en la invención de Fontanarrosa); en segundo lugar, porque, en medio de los mataderos y en el país de la carne vacuna, el tema de la vaca respondía a los intereses y experiencias directas de sus alumnos.

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